♊︎ Mejorando nuestra comunicación
- Bryan Olivas
- 26 jul
- 8 Min. de lectura
Este estudio y clasificación del zodíaco es útil porque nos ayuda a integrar diferentes valores y lecciones derivadas de los mitos y temas arquetípicos del mundo.
Géminis, el tercer signo del zodíaco, nos introduce al valor de la comunicación clara. Esta época marca el final de la primavera; una época de transición y cambio. En este blog, exploraremos la historia y el significado de las historias sobre Géminis a través de tres lecciones clave:
Practicar una comunicación clara es vital para armonizar las relaciones.
La simbología de Géminis y Mercurio nos pide que consideremos cómo nos comunicamos.
& Cómo la conciencia de nuestros propios procesos de pensamiento es clave en el desarrollo personal.
¿Qué más podemos aprender de los arquetipos de Géminis y Mercurio?
♊︎ Géminis: El viaje a través de la dualidad

Géminis llega a la culminación de la energía primaveral, cuando la naturaleza demuestra todo su poder comunicativo a través de su floreciente diversidad. Señala el cambio de la primavera al verano. Este es el momento en que, naturalmente, nos volcamos hacia el exterior, buscando conectar y compartir nuestros descubrimientos internos con el mundo. Esta energía nos ayuda a explorar todas las diferentes perspectivas y formas de ser.
El desafío en Géminis consiste en progresar del pensamiento subjetivo a la verdad objetiva mediante tres procesos esenciales: adquirir conocimiento, expresar plenamente nuestras ideas y mantener la presencia. Este camino requiere que mantengamos la verdad en alto, utilizando nuestras palabras y pensamientos como herramientas tanto de autodescubrimiento como de servicio a los demás.
El símbolo Unicode de Géminis son los Pilares ♊︎, que representan los pilares que se encuentran antes de la entrada de un templo. En los templos egipcios o en el Templo de Salomón, los Pilares simbolizan que la naturaleza alcanza su productividad mediante la polaridad. El héroe debe situarse entre los pilares de los opuestos, demostrando la acción correcta, y comprender que la verdad se encuentra en el punto de equilibrio, a menudo crucificada entre lo que parece ser una contradicción. La dualidad es la clave: usar lo que tememos, lo que no entendemos o con lo que no estamos de acuerdo, no para dividir, sino para integrar. La dualidad es donde comenzamos a equilibrar los opuestos. Este signo nos llama entonces a encontrar la unidad subyacente que conecta todos los aparentes opuestos. A través de este camino intermedio, aprendemos a mantener la paradoja sin ser destrozados por ella, reduciendo el riesgo de ser excesivamente polarizados por el mundo exterior; este es el camino hacia la paz.
Los desafíos se resuelven más fácilmente cuando estamos tranquilos y observamos nuestras propias reacciones y pensamientos.
El Zodíaco como sistema de arquetipos
El zodíaco constituye el marco psicológico más antiguo de la humanidad, presentándonos las cualidades y lecciones que se encuentran en las historias de las estrellas; refleja la mente humana. El Viaje del Héroe es nuestro viaje: todos atravesamos desafíos, momentos de separación, muerte y renacimiento, y debemos asumir la responsabilidad y actuar en nuestras vidas. Todos debemos pasar por ritos de paso que exigen cambios en nuestros patrones y comportamientos.

El trabajo preliminar consiste en aclarar nuestros propios patrones de pensamiento y transformarlos para que nuestra consciencia pueda abrirse paso hacia la experiencia directa y sin distorsiones. Esta es la base.
El viaje del héroe en 12 pasos tipo historia es:
Llamada a la aventura - idea/llamada
Rechazo de la llamada – distracción/deseo
Ayuda/mentor - pensamiento/relación
Cruzando el umbral - la intuición
El desafío del ego: la expresión
Preparación para los juicios - organización
Ensayos
Muerte
Expiación
Apoteosis
Integración
Devolver
El objetivo del retorno, y de esta práctica, es transmitir la sabiduría aprendida a otros.
Géminis nos reencuentra con el camino completo; el concepto de que la vida es una serie de días, meses y años, y que la alineación con estos ciclos brinda equilibrio a través del cambio diario. Mediante un enfoque centrado y con una mayor perspectiva, podemos comenzar a comprender.
La historia del signo

La constelación de Géminis se representa generalmente como dos niños pequeños nacidos de huevos; las historias sobre Cástor y Pólux, y Rómulo y Remo, podrían ser el resultado de la amplificación de los mitos de estos gemelos celestiales. Los símbolos de Géminis han sufrido numerosas modificaciones, pero sus representaciones más antiguas provienen de la tradición estelar babilónica.
La antigua Babilonia
En Babilonia, Géminis era conocido como los Grandes Gemelos, representados como un par de guerreros armados para la batalla. Los Gemelos eran guardianes de una de las entradas al inframundo, con sus armas listas. En la cosmología babilónica, dos entradas conducen al inframundo, cada una asociada con un solsticio . La entrada de invierno representa el viaje al más allá, mientras que la de verano es utilizada por las almas para regresar a la tierra. Se concebía que los Gemelos custodiaban esta entrada para evitar que los espíritus malignos la usaran para traer plagas y enfermedades a la humanidad, por lo que su movimiento era importante para los pueblos de las primeras ciudades.
Grecia antigua

Para los griegos, la constelación representaba a Cástor y Pólux; hermanos gemelos, a menudo representados como niños, nacidos de padres diferentes. Cástor era mortal, mientras que Pólux era inmortal, hijo de Zeus. Tras la muerte de Cástor, Pólux le rogó a Zeus que compartiera su inmortalidad con su hermano, lo que resultó en que alternaran entre el Olimpo (el superior) y el inframundo (el inferior), para nunca separarse. Su historia representa la eterna lucha entre la naturaleza mortal y la divina dentro de cada uno de nosotros.
Es un hecho astronómico interesante que la estrella Cástor esté menguando en brillo y ya no tenga la luz que tenía hace varios siglos; mientras que Pólux, el hermano inmortal, crece en brillo y eclipsa a su hermano, recordándonos así las palabras de Juan el Bautista, pronunciadas al contemplar a Cristo: «Es necesario que él crezca, pero que yo mengüe». (San Juan, III, 30). Así pues, tenemos una constelación sumamente significativa, porque presenta ante los ojos del hombre la idea del creciente poder de la vida espiritual y el decreciente poder del yo personal. La historia del crecimiento del hombre hasta la madurez y la historia del control gradual del alma se nos narran en la constelación de Géminis. —Alice Bailey
Además, en la mitología griega, Hermes, también hijo de Zeus, era el mensajero oficial de los dioses y mediador entre los mundos. Sostiene un caduceo (un bastón alado con dos serpientes entrelazadas). ☤
Roma antigua
En la mitología romana, Hermes se convirtió en Mercurio y sirvió como dios del comercio, la comunicación, los viajeros y el engaño. Vestía de forma similar a Hermes, también guiaba a las almas al inframundo, servía de mensajero y portaba un caduceo.
Ahora toda esta simbología está entrelazada, y Géminis nos trae la conciencia de mundos duales, de ciclos y patrones, con su naturaleza creciente y menguante, y de las polaridades naturales del mundo. Continuamos profundizando en los arquetipos clave, como el planeta Mercurio.
Arquetipos de Géminis: Símbolos de dualidad
Mercurio - Los Gemelos - Los Niños - Los Amantes - Venus

El planeta Mercurio es uno de los 7 planetas clásicos y representa los temas de la comunicación, el pensamiento y el intelecto, la lógica y la razón, y el intercambio de ideas.
El planeta Venus se asocia con la armonía, el romance, la fertilidad, la belleza y el refinamiento. Juntos son los hijos gemelos que representan la dualidad: luz y oscuridad, yin y yang, y lo alto y lo bajo que todos llevamos dentro. Los Gemelos también son vistos como los amantes, la máxima expresión del alma humana.
La carta de los Enamorados, del Arcano Mayor del tarot, se asocia con Géminis. Representa a un hombre y una mujer bajo un ángel. Tras ellos, se encuentran representaciones del Árbol de la Vida y del Árbol del Conocimiento, que evocan temas de elección, conexión y discernimiento moral. La carta simboliza la unión, la alineación de valores y la importancia de la toma de decisiones consciente en las relaciones y la integridad personal. Nos recuerda que el precio del libre albedrío, o, más correctamente, el poder de elegir, es una responsabilidad.

Un elemento clave aquí es el simbolismo de las columnas , el árbol de la vida y la serpiente —esta imagen, evocada por el Jardín del Edén—, señala las pruebas espirituales que todos debemos superar a lo largo de la vida. La serpiente es importante: los babilonios la consideraban el símbolo principal de la muerte y el inframundo. La serpiente babilónica se colocaba en los cielos para proteger la entrada al inframundo. La naturaleza maligna de la constelación de la serpiente es evidente en los presagios astrológicos, donde su aparición predice hambruna y una posible sequía estival.
Sin embargo, entre muchos pueblos antiguos, la serpiente era aceptada como símbolo de la sabiduría. La serpiente es fiel al principio de la sabiduría, pues incita al hombre al conocimiento de sí mismo. La serpiente simboliza la redención del mundo mediante el conocimiento y la comprensión del bien y del mal. El árbol que crece en el jardín simboliza el fuego espinal; el ascenso de la serpiente representa el uso intencional de nuestra consciencia superior. Este es el don de la serpiente. Los arquetipos de Géminis representan, pues, más que la simple dualidad: encarnan la tensión creativa que impulsa todo crecimiento y evolución, y las polaridades que permiten el funcionamiento del caos organizado del universo. En la psique humana, se manifiestan como nuestra capacidad de mantener múltiples perspectivas, de comunicarnos entre diferentes niveles de consciencia y de servir de puente entre aparentes opuestos. Aquí aprendemos el poder del lenguaje: que lo que decimos y cómo escuchamos son de suma importancia.
El poder del lenguaje

Una lección fundamental es aprender a usar correctamente nuestro lenguaje para que nuestra palabra hablada se convierta en el medio de nuestra propia salvación. Nuestras palabras son hechizos que permiten que la verdad se exprese y cumpla su propósito. Las palabras son la verdadera alquimia, donde podemos transformar lo abstracto en un entendimiento compartido.
Las palabras son, en última instancia, la manera en que creamos y alcanzamos nuestras metas. Cuanto más clara sea nuestra comunicación, mejores serán nuestras vidas y relaciones. El primer paso es comprometerse con una comunicación que conecte en lugar de dividir. Una comunicación que aclare en lugar de confundir.
Somos puestos a prueba de dos maneras. Primero, en relación con la calidad y el discernimiento de nuestro pensamiento. Segundo, en relación con nuestra capacidad para distinguir entre la ilusión y la realidad.
Alice Bailey afirma que Géminis se ocupa predominantemente del problema de las relaciones:
En Géminis, el discípulo se enfrenta al desafío de la dualidad: la tensión entre el alma y la personalidad, entre la mente superior y la inferior, entre la unidad y la separación. La solución no reside en rechazar un polo por el otro, sino en encontrar el camino intermedio que integre ambos. Los gemelos de Géminis —uno mortal, otro inmortal— nos enseñan que fuerzas aparentemente opuestas pueden trabajar juntas cuando se comprenden correctamente. La comunicación es clave en este proceso, tanto el diálogo interno entre los diferentes aspectos del yo como el diálogo externo con los demás. Cuando la comunicación es guiada por el alma y no solo por la personalidad o la mente inferior, se convierte en un puente sagrado en lugar de una fuente de mayor división.
La solución está en dirigir nuestros propios pensamientos y así elegir nuestras palabras con intención.
¡El camino del medio hacia adelante!
El camino a través de Géminis nos enseña, en última instancia, que la verdad se experimenta a través de nuestras relaciones, las cuales se mantienen mediante la comunicación consciente, el aprendizaje continuo y la consideración. No es el destino ni el viaje; resulta que es la compañía. :)
Aprendemos cómo somos uno y muchos, separados y conectados, estudiantes y maestros. Al aceptar esta paradoja, cumplimos el propósito supremo de este arquetipo: convertirnos en comunicadores conscientes que ayudan a tejer el mundo.
A medida que continuamos nuestro viaje por el zodíaco, el don de Géminis permanece con nosotros: reconocemos que cada conversación es sagrada, cada palabra importa y cada momento de comunicación consciente nos acerca a la unidad que subyace a toda aparente diversidad. Aprende más con nuestra guía ✧
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