El Yoga de la Escritura
- Marcelo Villaseñor
- 15 abr
- 5 Min. de lectura
Actualizado: 25 may
Un poco de contexto personal antes de empezar:
Decidí empezar a llevar una libreta personal para mi escritura introspectiva en el 2014 por el deseo de registrar y procesar las experiencias por las que estaba pasando. Sentía que necesitaba un medio de descarga mental y naturalmente regresé a la pluma y al papel–práctica que una de mis maestras de primaria introdujo en esos tiempos de inquietud, exploración y creatividad. Esa primer libreta del 2014 reflejó dos retos que desde que tengo memoria se han mostrado: mi dificultad por mantener la concentración y los bloqueos causados por sobrepensar las cosas.
Después de vivir las frustraciones causadas por esa fricción entre mi deseo de expresión y mis bloqueos creativos, decidí salir a buscar herramientas que me ayudaran a aligerar el proceso. Así es como, por ahí del 2016, decidí aprender a meditar a través de varios círculos de meditación locales. Ahí llegué a comprender el valor de la respiración y su relación con nuestra capacidad de estar relajados y presentes en las actividades del día a día.
Llegamos ahora a este punto en la historia en donde me emociona mucho compartir lo que he estado desarrollando a través de mi iteración de escritura introspectiva y la exploración creativa-visual que me ha acompañado desde que tengo memoria.
Nota: A continuación hay partes asistidas por IA (siendo la primera), pero está fundamentalmente influenciada por mis notas y revisión. Haz click aquí para ver las notas originales en español. Me emociona saber qué te parece y qué te llevas de esto.
Elementos simples, que en combinación iterativa, sirven para desarrollar nuestra atención y vitalidad.
La antiguas prácticas (ahora rituales modernos) del yoga y la escritura personal comparten tres pilares que se espejean, complementan y se desarrollan mutuamente.
El yoga y la escritura personal, aunque distintos, comparten una profunda simetría cuando sus pilares fundamentales se unen. Al entrelazar la tríada del yoga: Ujjayi (respiración), Drishti (concentración) y Asanas (postura) con los pilares complementarios de la escritura introspectiva–ciclos lunares, herramientas de apoyo a la concentración y cultivación creativa–desbloqueamos una sinergia transformadora. Estos simples elementos, al combinarse, se convierten en herramientas para la conexión interna, para la claridad y la vitalidad. Exploremos cómo.

En esta imagen vemos los tres pilares espejeados. De izquierda a derecha:
cultivo creativo <-> asanas
herramientas de atención <-> drishti
ciclos lunares <-> ujjayi
El ritmo de la respiración y la luna: Ujjayi y los ciclos lunares
La respiración Ujjayi, también conocida como la "respiración oceánica", crea un anclaje rítmico en el yoga. Al contraer la garganta y coordinar las inhalaciones con las exhalaciones, esta práctica calma la mente y sincroniza el movimiento con la intención. De igual manera, llevar un diario según el ciclo lunar refleja este flujo y reflujo. El ritmo de 28 días de la luna —nuevos comienzos (luna nueva), acción (creciente), culminación (luna llena), liberación (menguante)— se alinea con la cadencia natural de establecer intenciones, actuar, reflexionar y renovar.
Ejemplo práctico:
Durante la luna nueva 🌚, combina la respiración Ujjayi con indicaciones para escribir en tu diario como:
"¿Qué semillas de intención quiero plantar?"
El ritmo constante de la respiración aquieta la inquietud mental, mientras que la fase lunar invita a la claridad.
En la luna menguante 🌘, usa Ujjayi para liberar la energía estancada mientras escribes en tu libreta:
"¿Qué ya no contribuye a mi crecimiento?"
El Arte de la Concentración: Drishti y las herramientas que apoyan la atención
El Drishti, la práctica yogui de mirar fijamente un punto, agudiza la concentración y equilibra el cuerpo. En la escritura personal, la concentración se cultiva mediante herramientas como sesiones cronometradas (recomiendo experimentar con un temporizador de entre 20 y 30 minutos) y sonidos binaurales (frecuencias sonoras que mejoran la atención, un efecto que podrías estar experimentando ya con tu playlist instrumental favorita).
Ambos métodos entrenan la mente para descartar distracciones y canalizar la energía con un propósito.
Pregunta a considerar: ¿Qué otros elementos me ayudan en mis momentos de concentración?
Ejemplo aplicado:
Antes de escribir en el diario, escucha sonidos binaurales de frecuencia gamma de 40 Hz[1], que han demostrado reducir el foco de atención. Mientras escribes, adopta una mirada similar a la de Drishti, observando la pluma tocando el papel y la sensación que esto te provoca. Si escribes con un teclado, esa atención podría estar en tus dedos, las palabras que aparecen en la pantalla o incluso simplemente en la experiencia que sientes al cerrar los ojos[2].
Aprovechando nuestra vitalidad: asanas y cultivo creativo
Las asanas (posturas de yoga) son más que posturas físicas: son acciones cultivadas mediante un movimiento disciplinado. De igual manera, el cultivo creativo al escribir transforma la rutina en un ritual al honrar nuestro prana (respiración o fuerza vital). Esta es la práctica de dirigir nuestro cuerpo hacia acciones significativas, ya sea mediante el establecimiento de metas, la expresión artística o la reflexión consciente.
Las asanas desarrollan la resiliencia física; escribir en nuestra libreta transmuta esa energía en propósito.
Ejemplo práctico: En tu escritorio o espacio personal para escribir, y aplicando los 2 pilares espejeados mencionados, observa conscientemente cómo descansan tus brazos, la alineación de tu espalda/columna vertebral, la inclinación de tu cabeza, etc. Realiza pequeños ajustes en todo tu cuerpo durante este proceso para perfeccionar tu postura hasta recuperar el equilibrio y la alineación entre tu cuerpo y tu acción.
Nota: La siguiente sección es solo la IA enfocándose en los beneficios de seguir al ciclo lunar, lo cual me pareció muy interesante. Sin embargo, mi conclusión es que encontrar y desarrollar nuestras propias maneras de cultivar nuestro ser es invaluable para honrar nuestro camino en la vida. Esta es, entonces, una invitación a que experimentes con estos 3 pilares y a compartir tu experiencia cuando quieras ✧
La Alquimia de la Integración
Cuando estos 3 pilares espejeados se unen, sus beneficios se amplifican en tres dimensiones:
1. Física: Ujjayi oxigena el cuerpo, mientras que el diario lunar reduce la tensión causada por el estrés. Las asanas y los objetivos creativos fomentan la resistencia y la vitalidad.
2. Mental: Drishti y las herramientas de enfoque agudizan la claridad, mientras que las reflexiones sobre las fases lunares revelan patrones y crecimiento.
3. Espiritual: Los rituales que inducen a la presencia personal y los ciclos lunares nos arraigan en la sabiduría de la naturaleza; los rituales creativos honran nuestra voz interior.
Conclusión: Rituales re-evolutivos
Las fases lunares nos recuerdan que la vida es una serie de inhalaciones y exhalaciones; no esa respiración corta causada por la ansiedad, sino un ritmo constante y nutritivo. Al fusionar los antiguos pilares del yoga con el poder reflexivo de la escritura personal, creamos rituales que honran nuestra vitalidad. Como escribió el poeta Rumi: «No eres una gota en el océano. Eres el océano entero en una gota». Estas prácticas, sencillas pero profundas, nos ayudan a encarnar esa verdad.
[Notas]
[2] Si buscas mejorar tus habilidades de escritura a computadora, este sitio me ayudó mucho: typing.com

















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